miércoles, 29 de mayo de 2013

EL SALTO DEL PASTOR

ALEJANDRO QUINTANA LÓPEZ

Salto con regatón muerto
Lanza, garrote, astia o lata, son algunas de las denominaciones que recibe este instrumento o herramienta de trabajo, o arma defensiva que usaban ya los aborígenes de las Islas Canarias y del que dieron cuenta los relatos de los conquistadores. Usado a  modo de bastón o para salvar desniveles o mediante saltos, balanceos o apoyos para ascender por montañas y riscos pronto quedó en manos de los pastores muchos de ellos descendientes de los aborígenes, a los que se les dejó esta actividad pecuaria como medio de vida.
Los aborígenes que no conocían el metal usaban puntas de cuernos o simplemente afilando la madera, dándole a uno de los extremos de la vara una forma cónica. Los herreros facturan una punta de hierro o acero que encaban en el garrote. 
Los aborígenes que no conocían el metal usaban puntas de cuernos o simplemente afilando la madera, dándole a uno de los extremos de la vara una forma cónica. Los herreros facturan una punta de hierro o acero que encaban en el garrote. 
Las maderas de pino canario eran las usadas antaño.  Hoy se prefieren de riga o haya, que llegan a alcanzar hasta 4 metros, como las lanzas palmeras usadas en la Caldera de Taburiente, con las que el saltador puede brincar al vacío ciñéndose al garrote, eligiendo con puntería el lugar preciso donde clavar la punta del regatón y apurar la frenada.
En la actualidad, los ganados de cabras y ovejas casi viven en régimen de hospedaje (ganadería estabulada) y la función primigenia de acceder a riscos y talayones, conduciendo los rebaños o recogiendo cualquier cabra entaliscada se ha reducido. Sin embargo, su primitivo uso se conserva aún en apañadas y trashumancias para conducirlos a goros, gambuesas o establos con los cambios de estación.
Gracias a un puñado de enamorados (también un tipo de salto lleva este calificativo) que han escuchado a los poseedores de esta sabiduría  se ha conseguido que la traditio, se entregue a  las jóvenes generaciones y con ellas sus costumbres, destrezas y un
D. José Suárez, Pepito el del Risco,
preparando el salto. Horgazales, Gran Canaria.
conocimiento global de la cultura de pastoreo canario. En Gran Canaria descollaron núcleos de saltadores en Mogán por el sur, o como los Guedes por el Este, o por la
banda oeste en Tasartico, Tasarte , la Aldea o el Risco de Agaete.  
Hoy los jóvenes practican el salto como una actividad de ocio pero no desligada de la carga cultural  que atesora. Existen ya colectivos, las jurrias, que tienen  naturaleza de asociaciones, inscritas por lo común en la Federación de Salto del Pastor Canario. Los amigos de la navegación, mas no por ello enemigos de los andares tierra adentro, pueden encontrar un puñado de portales y blogs de estas jurrias, con sus contactos, videos y fotos. Si usted no es aficionado a las nuevas tecnologías, podrá acercarse al libro de Talio Noda y Ulises Castro, Salto del Pastor, que editó el Cabildo Insular de Gran Canaria en 1990, pero cuidado no se acerque demasiado los saltos son de vértigo.

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